Si las empresas aspiran a tener éxito a largo plazo, tienen que enfrentarse permanentemente a nuevos retos. Para ello, es imprescindible un liderazgo ágil, nuevas formas de pensar y, sobre todo, cierta disposición al cambio. Esto se aplica a cada individuo y también a los equipos.

Incluso el mejor personal no necesariamente trabaja bien en equipo. Cada quién tiene que encontrar su sitio; las competencias y responsabilidades deben estar claramente definidas. En ocasiones, esto puede dar pie a que surjan problemas.

SOL le ayudamos a respaldar a los individuos y a que su personal de trabajo se integre como un equipo sólido.

Disponemos de soluciones para las distintas fases del desarrollo de un equipo:

Empezando por la formación de nuevos equipos y el primer trabajo en equipo, pasando por la fase de conflictos y problemas emergentes, hasta el desarrollo de nuevas normas de trabajo en común y llegando a la fase en la que la atención ya no se centra en cómo trabaja el equipo entre sí, sino en cómo puede alcanzar mejor y más rápido sus objetivos.

En esta última fase se crea una cultura de equipo en conjunto. Cada miembro ha encontrado su papel y su posición dentro de él. Juntos, hemos establecido rituales para abordar los problemas en su fase inicial y de manera orientada a las soluciones.

Cuando se trata del desarrollo de equipos, también pensamos de forma integral y sostenible. Esto empieza con el proceso de selección. Nuestra solución no consiste siempre en buscar en el exterior. Promovemos tanto el talento interno como la incorporación de nuevo personal. Le integramos en el equipo (Incorporación), fomentamos su capacidad de trabajo en conjunto, le ayudamos a resolver conflictos y reforzamos a los miembros del equipo mediante formación y coaching en caso de ser necesario.

Así, no sólo sus equipos seguirán desarrollándose, sino que cada individuo recibirá apoyo y podrá crecer más gracias a ello. De esta manera, SOL refuerza el sentimiento de pertenencia y, por tanto, el vínculo con su empresa.